Ignacio Lancharro Montiel pronunció este domingo la XXXVII Exaltación de la Semana Santa de Gines, una cita organizada por la Hermandad Sacramental y que tuvo lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de Belén ante numerosos asistentes, contando con la presencia de representantes del propio colectivo organizador, del resto de hermandades y colectivos religiosos locales, así como de la Corporación Municipal.
Ante un bello altar presidido por el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, Nuestra Señora de los Dolores Coronada y Nuestra Señora de Belén, el acto comenzó con una bienvenida a cargo de Ricardo Calvo y una oración inicial por parte del párroco y director espiritual de la Hermandad, Manuel Talavera San Román.
A continuación, la pregonera del pasado año, Rocío Mateos Palomar, hizo un repaso por la trayectoria del pregonero de 2018, al que dedicó palabras de gran cariño, definiéndole como pasional y un joven de raíces.
Desde un atril situado para la ocasión en la zona central del altar, Ignacio Lancharro comenzaba poco después su intervención, que inició hablando de sus vivencias cofrades en la infancia, en la entonces calle Calvo Sotelo.
Alternando prosa y verso, e intercalando numerosas alusiones literarias, el pregonero dejó buenas muestras de su calidad como escritor, dedicando pasajes llenos de emoción al Santísimo Cristo de la Vera Cruz.
Tuvo palabras también de gran sentimiento para los costaleros de la Hermandad, manifestando igualmente su orgullo por sentirse nazareno. Ignacio Lancharro quiso agradecer su mensaje al Papa Francisco, abogando por un Dios divino y humano al mismo tiempo, un Dios de los pobres y los necesitados, y del que pidió que no se desvirtúe su palabra.
En un bello fragmento del pregón, Lancharro invitó a todos los presentes a imaginar cómo, allá por 1816, Juan de Astorga dio forma a Nuestra Señora de los Dolores, de la que dijo que fue el “capricho” del imaginero.
En las páginas del pregón también hubo espacio para hablar de la enorme aportación de las mujeres a la trayectoria de la Hermandad, así como para destacar la figura del gran impulsor de la reorganización de la cofradía en 1954, Francisco Gil Delgado.
El acompañamiento musical del acto lo puso Paula Granados de Osma al órgano, interpretando las marchas “Virgen de las Aguas”, “La Madrugá”, “Virgen del Valle” y “Estrella sublime”. Además, el grupo local ‘Aires de Gines’ interpretó desde el coro varios temas con gran sensibilidad.
Ya en la recta final de su intervención, y tras dedicar un destacado pasaje del pregón a Nuestra Señora de Belén, el pregonero terminó con una larga estrofa a modo de cuenta atrás, unos versos que pusieron al público en pie entre numerosos aplausos.
La bendición de despedida del párroco, así como la entrega de diferentes presentes tanto al pregonero como a la presentadora daban paso a la interpretación de los himnos de Andalucía y España, que ponían el broche final a esta trigésimo séptima edición de la Exaltación de la Semana Santa de Gines, con la que se volvió a vivir, un año más, uno de los actos más destacados de la Cuaresma en el municipio.